Ante todo, pedimos  disculpas a nuestros lectores por un título tan soez (valga la  redundancia). Pero hemos creído oportuno llamar así a este artículo  inspirándonos en un reciente post de Zoe Valdés titulado De  la pista o de la peste a peo (Junio 5, 2010), donde una vez más  hace gala de ese exquisito lenguaje que la caracteriza para atacar a  varios disidentes de la isla. Aunque no vamos a referirnos a ese  artículo en particular, nos ha parecido oportuno aplicarle a Valdés el  mismo odorífero concepto que ella ―tan groseramente― achaca a otros. Y  aclaramos a los lectores no cubanos que esta frase tan vulgar es el  equivalente a decir “esto huele mal” o “hay algo sospechoso detrás de  esto”. Pues bien, esto mismo es lo que ocurre con la propia Valdés. Algo  apesta en ella.  
Hace unos días, con motivo de nuestro  artículo “¿Cuál es el problema de Zoé Valdés?” (publicado en cuatro  partes los días 20,  21,  22  y 24  de mayo de 2010) donde desenmascaramos todas las mentiras que ella ha  inventado sobre varios escritores cubanos, Valdés realizó una ofensiva  anónima y solapada, enviándonos mensajitos de protesta a nuestro blog.  Tales “protestas” nos conminaban a decir quiénes éramos, y venían  siempre de los mismos 3 insistentes IPs (ya se sabe que a Valdés apenas  le quedan amigos). Por ejemplo, un IP procedente de California nos envió  dos mensajes. En el primero decía: “Lo que yo personalmente  encuentro deplorable es, como se atreve alguien que no pone su verdadero  nombre en un post, criticar a alguien como Zoe Valdes, que si usa su  verdadero nombre, es muy facil criticar a alguien desde el anonimato.  Tambien porque todo lo aplican a la envidia de parte de ella? no se  pudiera llamar este post envidioso?” (Nota: Hemos respetado la mala  puntuación ortográfica del mensaje).  
No sabemos cuál de  los amigos de Valdés radica en California o en sus cercanías, pero sea  quien sea, lo cómico es que este defensor (o defensora) tampoco hablaba a  cara descubierta, sino que firmaba como Vana, una  identidad sin enlace, es decir, tan anónima como los mismos a quienes  reclamaba revelar sus identidades. La misma Vana, al ver que habíamos  decidido no publicar su mensaje, volvió a insistir: “Ahh vivir por  ver, en este blog censuran cuando uno no esta de acuerdo con ustedes,  igual que en la Cuba comunista”… Pues ya ve, señora Vana, que no  solo hemos publicado sus dos comentarios, sino que le hemos dado un  sitio preferencial en este post. ¡Ah! Y le recordamos que todavía  estamos esperando que nos revele su verdadera identidad… 
En  su pataleta por nuestro artículo, Valdés reclutó a su principal  caballito de batalla: una oscura señora llamada Isis Wirth, quien se  autoproclama “La reina de la noche”. Al parecer ofendida por las  críticas de este blog a su idolatrada Zoé, Wirth soltó una diatriba  contra los blogs y posts anónimos cuatro días después que nosotros  publicamos nuestro artículo. Un IP anónimo, procedente de Suiza, nos  dejó un enlace a dicha diatriba. Vale notar que la señora Wirth está  casada con un diplomático suizo, al cual le debe ese apellido, pues el  suyo en realidad es Armenteros, según cuenta el periodista Raúl Rivero  en un artículo  publicado en El Mundo ―información avalada por la propia Wirth, quien  lo reprodujo en su blog. 
Por supuesto, como no somos  idiotas (a diferencia de Valdés y sus amistades que son lastimosamente  previsibles), de inmediato supimos que dicho artículo había sido escrito  con el objeto de intimidarnos. En ese artículo Armenteros/Wirth se  refiere a una ley propuesta por un senador (suponemos que europeo),  según la cual “cada bloguer o persona que edita a título no profesional  un servicio de comunicación al público en internet, estaría obligado de  hacer público en su sitio web su nombre y apellidos, y otras coordenadas  personales”. A nosotros, semejante amenaza nos dio mucha risa.
Pero  lo más gracioso de todo fueron los comentarios. El montaje realizado  entre Valdés y su amiga Isis Armenteros/Wirth era tan evidente que  resultaba patético. El primer comentario “evaluativo” era de una tal Frida  M. La persona que se escuda detrás de ese seudónimo es alguien  que sistemáticamente acostumbra a alabar los escritos de Valdés y, de  paso, también ataca con mimetismo asombroso (y muchas veces usando los  mismos términos) a los mismos a quienes Valdés ataca. Ya habíamos leído  los comentarios que "Frida" dejaba en los blogs de Valdés y de  Armenteros/Wirth, y habíamos notado su tono infantiloide, tan parecido a  la manera en que hablan los personajes en las novelas de Valdés. Desde  que "Frida" hizo su aparición en el blog de Valdés, nos hemos  preguntado: ¿Será casual esa afinidad de estilos entre "Frida" y la  pluma de Valdés? ¿Será también casual que esa "Frida" lleve el nombre de  una pintora mexicana que fue contemporánea de Remedios Varo, la pintora  mexicana-española sobre la que Valdés hizo una novela? El hecho de que  los comentarios de "Frida" casi siempre aparezcan en compañía de otros  comentarios firmados por la propia Valdés da mucho que pensar… Pues  bien, "Frida" elogia el post de Armenteros/Wirth diciendo, entre otras  cosas: “Conozco unos cuantos que se sentirán aludidos”, en evidente  alusión a nuestro blog. Pues sí, señora "Frida", debemos decirle que nos  sentimos muy aludidos… y eso nos divirtió  muchísimo porque nos dimos cuenta de cuánto le habían picado nuestros  artículos a la señora Valdés. 
El colmo de la ironía es  que la señora Valdés, a quien tanto le molestan los anónimos, se dedica a  dejar comentarios escudándose no solo en seudónimos inventados, sino en  anónimos, usando ese tono solariego y grosero que la caracteriza. Pero a  veces, al hacerlo, comete deslices imperdonables como el siguiente… (continuará) 
 
 
Dicen  que tanto va el cántaro a la fuente hasta que se rompe. Y esta vez la  señora Valdés ha cometido un desliz imperdonable que indica que no es la  primera vez que ella deja comentarios calumniosos y ofensivos en los  blogs. Hace tres días, en un post  publicado por El abicú liberal sobre el cierre de la revista Encuentro,  Valdés escribió un comentario deplorable: “Ha muerto Encuentro, viva  Diario de Cuba. No mencionan a Jesús Diaz por el ego de Antonio José  Ponte, o sea, Fermín GABOR: PONTE ya veremos cuánto hace y deshace en  Diario de Cuba. Aparte, el dinero con esta gente corre siempre, porque  pasa por singarse a Trinidad Jiménez de vez en cuando, o meterle un  pingazo a Leire Pajín.” (05/06/2010 16:19).
Fermín Gabor, para  quienes no están en el inside de la cuestión, es el nom de  plume de alguien que escribe unos deliciosos artículos que se  publican en La Habana Elegante, bajo el tíulo genérico de La Lengua Suelta,  y que suelen recorrer toda Internet (vía emails) cada vez que salen.  Nadie sabe quién se oculta tras ese seudónimo, lo cual ha provocado  muchas especulaciones. A nosotros, personalmente, nos parece que no  todos los textos firmados por Fermín Gabor los ha escrito siempre la  misma persona, pero nos da igual quién o quiénes sean sus autores porque  los disfrutamos muchísimo.
El caso es que, en más de una  ocasión, Gabor ha usado su sarcástica pluma para retratar las idioteces  en las que incurre la señora Valdés. Ella se queja de que la gente la  tiene “cogida con ella”, pero es que con sus escritos groseros y sus  constantes ataques contra personas a quienes debería considerar sus  amigos (y que de hecho, lo fueron hasta que ella misma los espantó), no  hace más que servir en bandeja de plata toda clase de argumentos  risibles hacia ella. Pero no nos apartemos del asunto…
Al  parecer, Valdés piensa que esos escritos de Gabor son obra del  mencionado escritor. Pero, a diferencia del tono de Gabor, que es  simplemente satírico y simpáticamente corrosivo, el de Valdés ―como ya  han constatado― equivale a una diarrea llena de indecencias que nadie  creería posibles en boca de una mujer.
Lo terrible del caso es  que, esta vez, mientras escribía sus groserías, Valdés no se dio cuenta  de que aún se encontraba “firmada”. Así es que, como en ese blog no se  moderan comentarios, el suyo salió (ay, Yemayá bendita) nada más y nada  menos que con el enlace azul (ID de blog) que revelaba su nombre.  Demasiado tarde se dio cuenta de su error. Poco después, un anónimo  posteó esta apresurada aclaración: “Esa de arriba fue una falsa Zoé  Valdés via Troll.” (05/06/2010 22:27)
¿Esa de arriba? ¿Cómo sabe  el anónimo que quien posteó fue “esa” y no “ese”? Nada, que esa  aclaración fue peor. Ahí mismo comenzaron los mensajes, intentando  aclararle al “anónimo” por qué era la propia Zoé Valdés, y no un troll,  quien había dejado esa sarta de insultos y atrocidades contra un  escritor cubano.
Por nuestra parte, bastó que entráramos al  enlace azul de su nombre para comprobar que, en efecto, se trataba de la  misma Valdés. Para confirmar su identidad, buscamos otros comentarios  que ella misma había dejado en blogs ajenos (como “La  reina de la noche” y otros en el propio Abicú  Liberal). Comparando la página de la Zoé Valdés que  había dejado el comentario contra Ponte y las páginas firmadas con  igual nombre, a las que siempre llevaban los otros comentarios, pudimos  constatar que era, sin duda, ella misma, y no una página creada para  suplantar su identidad. Todas tienen los mismos “blogs de seguimiento” y  el mismo número de visitantes. (Nota: Hemos colocado enlaces a  posts de ambos blogs donde aparece la firma de Zoé Váldés. Los lectores  podrán comprobar que todos llevan al mismo sitio al que también se llega  cliqueando el nombre que dejó el comentario ofensivo. Noten cómo sólo  cambiará el número de visitantes, cada vez que ustedes entren de nuevo a  la misma página]. Con ello también se hizo evidente que el anónimo  aclaratorio provenía de la propia Valdés que, al darse cuenta de su  metedura de pata, intentó enmendar la plana… sin resultado.
Si  esto ha ocurrido ahora por un error, ya podrán imaginar los lectores la  cantidad de anónimos, difamaciones y ataques personales que la susodicha  debe de haber dejado regados por la blogosfera. Así es que atención  cuando lean por ahí ataques anónimos contra Yoani Sánchez, Fariñas,  Ponte y cualquier otro escritor o personalidad de la cultura o la  blogosfera cubana a quien Valdés le haya declarado la guerra. Por  último, queremos decirle a la señora Valdés que no se moleste en  avisarle al Abicú para que retire ese comentario. Ya hemos “salvado”,  fotografiado y archivado convenientemente dicha página, en caso de que  ella decida ejercer esa misma censura que tanto critica en otros, y que  gusta ejercer en su propio blog y en el de sus amigos.
Y esto lo  decimos porque sabemos de muchas personas que han dejado en su blog  comentarios que nunca han visto la luz, sólo porque mencionaban hechos o  nombres que a ella le molestaban. Así es que, como ven, en todas partes  se cuecen habas… La diferencia entre el blog de Valdés y blogs como el  nuestro es que nosotros sí admitimos que moderamos nuestros comentarios,  mientras que Valdés, al igual que el régimen castrista al que alude su  amiga Vana (ver Primera Parte de este artículo), dice una cosa cuando en  realidad hace otra.  
 
 
 Publicado por La Sombra del Cubano  en 16:37    
 
Existe un parecido físico asombroso entre la bloguera Zoé Valdés y el gobernante venezolano Hugo Chávez. Basta mirarlos por un segundo, lucen como miembros de la misma familia. Casi como si fueran hermanos gemelos. El parecido es tal que algunos observadores podrían preguntarse si Zoé no es más que Chávez vestido de mujer o si Chávez es Zoé vestida de hombre… Y no sólo se parecen asombrosamente en el puro físico, sino también en su forma de hablar, en los gestos y manierismos de ambos… La similitud cultural también es extraordinaria, los valores más convencionales en los que ninguno de los dos cree… El total rompimiento de ambos con lo mejor de una tradición.
ReplyDeleteDice (literalmente) Zoé Valdés, en uno de sus más recientes escritos:
ReplyDelete“…cuando me las he dado de intelectual he metido la pata, porque lo mío es el burdel.”
Una cándida confesión de la bloguera que la define con increíble y muy alarmante exactitud.
Y esto es precisamente lo que podemos esperar de semejante personaje. Un burdel cultural. Total degradación de nuestra nacionalidad. La bandera cubana en el fango. Los cubanos todos considerados “como si fuéramos iguales a Zoé.”