¿Del tirano? del tirano di todo,¡di más!;
y clava con furia de mano esclava
sobre su oprobio al tirano.
¿Del error? Pues del error di el antro,
di las veredas oscuras:
di cuanto puedas del tirano y del error.
José Martí


PARA CUBA LIBERTAD / FREEDOM FOR CUBA!!. IT'S TIME!!!

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Monday, June 9, 2014

Movilización en el batey

Excelente articulo de Nancy Pérez-Crespo.Para los pro-castristas en los Estados Unidos estos últimos días fueron de gran ajetreo, porque convocaron a sus huestes para lo que ellos llamaron «III Jornada Cinco días por los Cinco» en Washington DC. Según ellos a la cita acudieron tres «destacadas personalidades». Una fue Cindy Sheehan, esa desdichada mujer, madre de un soldado que perdió la vida en la guerra de Iraq y que la izquierda malsana la ha convertido en un banderín del pacifismo y lamentablemente, es muy explotada por los comunistas cubanos y venezolanos. Otra «gran personalidad» que asistió fue el periodista español Ignacio Ramonet, autor de una de las peores biografías de Fidel Castro, y digo peores, porque hay en ese libro tantas mentiras y exageraciones, como páginas. La tercera «personalidad» es más bien un personajillo que se trajeron desde La Habana para clausurar esta fanfarria. Miguel Barnet, el más nauseabundo de los cubanos. Vino a tirarse un discurso, muy corto por cierto, porque fue en inglés, que versaba sobre el futuro de las relaciones Estados Unidos y Cuba, y por supuesto también abogó por la libertad de los cinco que en realidad son tres, no sin antes darse todo el bombo al que acostumbra este cínico que actualmente tiene el cargo de presidente de la UNEAC (siglas que identifican a la Unión o sindicato de los escritores y artistas de Cuba pero que en realidad es una camisa de fuerza que todos los escritores que quieren publicar su obra).
Miguel Barnet o Barniz, como siempre lo llamó el inolvidable Reinaldo Arenas, que muy acertadamente decía que Barniz era «el más cínico de los escribidores cubanos». Así, «escribidor» porque, agregaba que «los escritores, escriben; y los escribidores, perpetran».
En su breve discurso mencionó por su nombre a uno de los espías, solamente para decir que cuando lo conoció, este le dijo que él era su héroe literario y su escritor preferido. Evidentemente la humildad no es una cualidad de Barniz, si es que tiene alguna. Y abusando de su posición como presidente del sindicato de escritores y artistas, nombró a los cinco espías como miembros de la UNEAC y por obra y gracia de esta «Ada» madrina los tocó con su varita mágica y ahora son, además de espías, intelectuales, escritores y artistas plásticos y en el colmo de la insensatez, los nombró como «exponentes del arte vanguardista contemporáneo». Barniz aseveró que aunque tras la rejas los agentes: «han sido espiritualmente libres, nunca han dejado de ser libres, con una libertad que les ha permitido continuar escribiendo, pintando, luchando», pero olvidó agregar que los espías presos están mejor comidos y vestidos y con ventajas que no tienen muchos cubanos que caminan por las calles de La Habana.
Merece la pena conocer un poco más de este miserable Barnet porque algún día va a tener que rendir cuantas por tantos años de complicidad y otorgamiento con una de las dictaduras más longevas y brutales este hemisferio.
Miguel Barnet Laza, nació en La Habana, el 28 de enero de 1940, aunque pongo en duda el día. Se dice escritor, etnólogo y poeta, y desde 1960, se relaciona con Alejo Carpentier en el Instituto Cubano del Libro y con Nicolás Guillén en la UNEAC, de la cual es fundador y, por supuesto, fue Premio Nacional de Literatura. Barnet es considerado el autor cubano vivo más publicado dentro y fuera de Cuba, aunque es reconocido como escritor por uno solo de sus tantos libros: «Biografía de un cimarrón», que muchos dudan de su autoría, porque en el mundo literario se dan esos casos y el mejor ejemplo es el mejicano Juan Rulfo con su «Pedro Páramo».
Según cuanta el escritor Amir Valle, desde Alemania, un colega le condesó que Barnet: «tocó la flauta de milagro una vez con su libro Cimarrón, como lo demuestra el resto de su obra. El mérito que nadie jamás podrá negarle es su exquisito oportunismo».
Y agrega Amir Valle que en palabras de otro muy reconocido escritor cubano, también Premio Nacional de Literatura, esa «vieja dama indigna, que ha metido sus uñitas afiladas en cuanto chisme, brete, enredo y jugada sucia contra otros escritores que ha existido en la historia cultural cubana de los últimos treinta años».
Porque, sí, uno de los alegatos de Reinaldo Arenas, era que a él lo habían encarcelado por ser un «homosexual contestatario» mientras a Miguel Barnet lo «premiaban por ser un homosexual obediente».
Pero algunas anécdotas que cuenta Amir Valle nos ilustran mucho mejor la calaña de esa «vieja dama indigna». Dice Amir que hace unos años Barnet participó en un conversatorio celebrado en el Instituto Cervantes de Berlín y que «entre otras superficialidades cínicas, ese día Barnet confesó al público que lo que más le importaba de Cuba era estar con sus doce perros Chau Chau [Amir conserva la grabación, por cierto]. Lo dijo sonriendo, satisfecho, cínico». Pero la venganza es dulce y recuerda Amir que, «saltando desde el público, un cubano lo llamó asesino porque su nombre aparecía en el listado de quienes habían firmado el apoyo a la condena a muerte de los tres cubanos que habían sido procesados en juicio sumario y fusilados en Cuba, en el año 2003».
Miguel Barnet es in mentiroso, más bien un mitómano, un mentiroso compulsivo y patológico. Miente en pequeño cuando dice que los espías son artistas. Pero miente en grande porque asegura que Cuba es un paraíso.
Y volviendo a la charanga de estos cuatro días en Washington, según ellos mismos confiesan, solo asistieron unos 250 «activistas por la paz, abogados, escritores, estudiosos, sindicalistas, artistas, parlamentarios y amigos en general de esta causa» pero que en realidad muchos de ellos eran areitos (como el canallita Andrés Gómez), algunos espías, dos o tres latinoamericanos resentidos, otros odiadores y envidiosos del exilio cubano de Miami y principalmente desempleados que contratan por unos dólares para que hagan bulto. Solo consiguieron unos 250 asistentes y esa cifra me precisa recordar un verso del poeta comunista Rubén Martínez Villena: ¡Qué solos se quedan los muertos! Parece que ese régimen agoniza.





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C UBA nos une en extranjero suelo,
Auras de Cuba nuestro amor desea:
Cuba es tu corazón, Cuba es mi cielo,
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Jose Martí