ALFONSO CHARDY/ El Nuevo Herald
Tan pronto como la jueza federal Kathleen Cardone leyó el veredicto unánime, Posada y sus tres abogados se fusionaron en un apretado abrazo que duró varios segundos mientras los fiscales federales permanecieron impávidos en sus sillas.
El veredicto fue una sorpresa para muchos observadores que esperaban que los miembros del jurado deliberaran durante varios días antes de llegar a una decisión. Los observadores también esperaban que los miembros del jurado encontraran a Posada culpable de por lo menos algunos de los cargos. Nadie había previsto la absolución a los 11 cargos por perjurio y fraude.
La conclusión del jurado terminó con un juicio que duró 13 semanas y contó con 33 testigos de la fiscalía y la defensa.
Los miembros del jurado iniciaron sus deliberaciones la mañana del viernes antes de las 9 a.m. (hora de El Paso) y para las 11:57 a.m. habían enviado una nota a la jueza Cardone diciendo que habían llegado a un veredicto.
Si los miembros del jurado hubieran encontrado a Posada culpable de todos los cargos, podría haber enfrentado ocho años en la penitenciaría federal. A pesar de la absolución, Posada quizá no quede totalmente libre.
Una orden de deportación pendiente en su contra podría llevar a las autoridades federales de inmigración a exigir que Posada Carriles se reporte periódicamente a una oficina de inmigración, como si estuviera en libertad bajo supervisión permanente.
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