Y esto le resulta intolerable a Fontes Suárez, un ingeniero cibernético de la contra-inteligencia cubana de 38 años que fue captado por el Ministerio del Interior Cubano luego de graduarse en la Escuela Vocacional Vladimir Ilich Lenin de La Habana en el curso 1989-1990, y quien es hijo de un teniente coronel de la Seguridad del Estado y reside actualmente en la barrio de San Miguel del Padrón, en La Habana.
Su historia parece una novelita policíaca -asegura desde su blog El Fogonero el periodista cubano radicado en República Dominicana Camilo Venegas- de las que se escribían en Cuba por los años 70 del siglo pasado. Él mismo admite haber nacido en esa década y se dedica a la misma labor que aquellos personajes. Cuando habla, hace alardes de impunidad. El hecho de que la mayoría de los que lo conocen no tienen libre acceso a internet, le va insuflando confianza.
La mayor obsesión de este oficial de contra-inteligencia -continúa Venegas -es Yoani Sánchez. El hace que la persigan paso a paso por toda La Habana y él mismo la sigue, con la máscara de Tatofontes, en Twitter.
Una miríada de blogueros y twiteros que por su vieja fama debían sobrepasar a Yoani, siquiera se le acercan: el perfil de Silvio Rodríguez -donde el Unicornio está más perdido que de costumbre y al que el antiguo trovador enlaza su blog- @citaconsilvio, tiene la escasa suma de 9,655, y el sitio oficialista Cubadebate, @cubadebate, solamente alcanza 20,750.
Sin embargo los enemigos más contumaces y feroces de Yoani son @yohandry8787, quien usa también la Y como señal de que pertenece a la Generación, pero desde la acera opuesta, y de quien se sospecha es el propio Fontes Suárez, únicamente ha conseguido 2,748 seguidores; y @tinamodotti71, sólo 1,219 seguidores, a pesar de que Tatofontes la calificó de "el látigo de Yoani".
La malas noches de Fontes Suárez no son recientes, desde 2007, con al menos mil periodistas y otros empleados del gobierno cubano, han ido inoculando su presencia combativa en internet a través de blogs, Facebook o Twitter como parte de una estrategia llamada Cibermambí, pero no han conseguido deshojarles los laureles a Yoani, y eso le tumba el pelo a Tatofontes.
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